«Hay que disfrutar la vida, pero sobre todo la juventud, mientras puedas, porque esta no es eterna y habrá un día en el que mirarás hacia atrás y te darás cuenta de que sólo habrás existido en vano, sin haber alcanzado el único fin del ser humano: la felicidad. Puedes ir recolectando pequeños pedazos de esa felicidad cada día, riendo todos y cada uno de los días del año entero, que sonrisas espontáneas se dibujen en tu rostro al ver un nuevo amanecer, mirar al cielo inifinito y salpicado de estrellas y deleitarte por su perfección, basta con dejar de seguir a los demás, quitarte la careta y salir de la rutina para aventurarte en un viaje sin fin y destino. El gran viaje de la vida...»